Mejora de la recogida de datos y nuevos servicios para la ciencia atmosférica y climática en África
A pesar de su baja contribución a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), África se ve desproporcionadamente afectada por el cambio climático y los costes de adaptación al mismo. Si bien en África existen recursos dispares de datos climáticos, el continente necesita un sistema integral de observación del clima con datos de mayor calidad y accesibilidad para sustentar el desarrollo de los servicios climáticos necesarios para adaptarse y mitigar el cambio climático. Un proyecto anterior de la UE y la Unión Africana, SEACRIFOG(se abrirá en una nueva ventana), se centró en cartografiar las observaciones e infraestructuras existentes en toda África que fueran pertinentes para el desarrollo de servicios climáticos. El proyecto KADI(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, se ha basado en un paradigma de cocreación con las partes interesadas locales. Según el coordinador del proyecto Werner L. Kutsch de ICOS ERIC(se abrirá en una nueva ventana): «KADI ha reforzado las infraestructuras de investigación de datos y observación panafricanas destinadas a los servicios atmosféricos y climáticos, además de impartir la formación necesaria para garantizar el desarrollo sostenible y a largo plazo de las infraestructuras de investigación».
Sistemas terrestres y océanos costeros
El proyecto piloto de modelización del sistema terrestre aumentó la resolución espacial de los atributos de la superficie terrestre del primer modelo africano del sistema terrestre. Además, «se utilizaron nuevos datos relativos a los tipos de vegetación, las interacciones entre el fuego y la vegetación y el acceso a la humedad del suelo en el análisis de los ecosistemas de secano (sabana y pradera)», señala Kutsch. La comparación de las predicciones del modelo con las observaciones permitió al equipo identificar posibles sesgos del modelo en toda la región. La mejora de los modelos permitirá a los científicos evaluar y predecir mejor las variaciones interanuales del flujo de carbono tierra-atmósfera y comprender mejor los factores subyacentes. «El proyecto piloto de biogeoquímica costera pretendía cuantificar los elementos clave del ciclo costero del carbono y su papel en la regulación del clima mundial», explica Kutsch. El equipo de KADI destacó la necesidad de aumentar los recursos de observación y el intercambio de conocimientos para los modelos predictivos a gran escala, incluso con sensores de bajo coste y programas de tutoría.
Factores climáticos y resiliencia urbana
KADI también llevó a cabo proyectos piloto de servicios climáticos urbanos en Dar es-Salam, Nairobi y Abiyán. «Los pilotos urbanos utilizaron sensores digitales de bajo coste y métodos de ciencia ciudadana para desarrollar servicios climáticos de apoyo a la predicción y adaptación al estrés térmico, las crecidas torrenciales y la contaminación atmosférica», explica Kutsch. Por ejemplo, en Nairobi, donde cerca de la mitad de los 5 millones de habitantes viven en asentamientos que cubren el 1 % del territorio de la ciudad, la mejora de las previsiones climáticas aumentará la resiliencia de los habitantes al calor extremo y las crecidas torrenciales. En Abiyán, la falta de una red de medición de la calidad del aire en tiempo real y de un sistema de previsión planteaba problemas para vigilar los ya elevados y crecientes niveles de partículas, debidos en gran parte a la combustión de combustibles fósiles y a la quema de residuos asociada al rápido incremento de la población. El proyecto piloto desarrolló y probó un servicio que produce mapas de indicadores de calidad del aire en tiempo real, lo cual permite identificar las causas y gestionar los efectos de la contaminación atmosférica. En Dar es-Salam, la cartografía participativa y el compromiso de la comunidad, la recopilación de datos, especialmente en las zonas vulnerables de la ciudad donde el rápido crecimiento urbano ha aumentado los riesgos climáticos, ayudan a integrar los datos geoespaciales y de observación de la Tierra para mejorar las evaluaciones de los riesgos climáticos y la toma de decisiones.
Formación y «defensores de las partes interesadas»
Se identificaron y prepararon «defensores de las partes interesadas» para promover las necesidades de sus países, instituciones y redes. Junto con los investigadores de KADI, los defensores de las partes interesadas integrarán una comunidad de práctica que permanecerá una vez finalizado el proyecto. KADI también ha trazado un mapa de las capacidades nacionales y la disponibilidad de equipos, y ha creado programas de formación a largo plazo para el desarrollo en profundidad de habilidades que apoyarán los esfuerzos y diálogos nacionales e internacionales. Por ejemplo, la formación práctica sobre mediciones costeras de GEI capacitó a participantes de trece países africanos para proporcionar datos a la Red de Observación de Referencia del CO2 en los Océanos Superficiales (SOCONET)(se abrirá en una nueva ventana). «La labor de KADI se puso de relieve en la inauguración de la Conferencia Internacional sobre Meteorología y Oceanografía del Hemisferio Austral (ICSHMO)», señala Kutsch. KADI ha mejorado la precisión y accesibilidad de la información climática en toda África. Ello ayudará a los científicos y responsables políticos africanos a mejorar la adaptación al clima, la mitigación y la resiliencia en el África subsahariana, a la vez que les apoyará en las negociaciones con otras regiones en el marco del Acuerdo de París.
Palabras clave
KADI, clima, África, GEI, servicios climáticos, océanos costeros, gas de efecto invernadero, crecidas torrenciales, flujo de carbono, modelo del sistema terrestre, infraestructuras de investigación
