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Enhanced In Situ Bioremediation for Contaminated Land Remediation

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La innovadora biorremediación se centra en los contaminantes edáficos y las aguas subterráneas

Cuatro tecnologías de biorremediación «in situ» ensayadas en Europa y China prometen resultados eficaces, baratos y sostenibles para una serie de contaminantes ambientales.

La limpieza de las zonas industriales contaminadas es un costoso problema mundial. Las zonas contaminadas son perjudiciales para el medio ambiente en general y plantean riesgos para la salud de las personas en particular. El proyecto EiCLaR(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, desarrolló estrategias innovadoras de biorremediación «in situ» y las encaminó hacia una rápida comercialización.

Contaminantes específicos

Las estrategias innovadoras de biorremediación «in situ» desarrolladas por el proyecto se centran en una serie de contaminantes industriales que afectan al suelo y a las aguas subterráneas. Los contaminantes incluyen compuestos halogenados como disolventes clorados y sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), hidrocarburos de petróleo y metales pesados. Los disolventes clorados se usan en muchas industrias y se emplean habitualmente para limpiar, desengrasar y procesar textiles. Las PFAS, a veces denominadas «sustancias químicas eternas»(se abrirá en una nueva ventana), se han utilizado en una amplia gama de productos, como materiales impermeables, envases alimentarios y adhesivos. Los hidrocarburos de petróleo son el contaminante medioambiental más habitual. Cada vez más, los metales pesados aparecen en el medio ambiente en niveles tóxicos debido a las industrias basadas en metales y a la agricultura.

Tecnologías de biorremediación

La biorremediación de contaminantes ambientales se basa en microorganismos que descomponen las sustancias tóxicas en componentes benignos. El equipo de EiCLaR ha desarrollado cuatro tecnologías que aprovechan la biorremediación de formas novedosas, fusionando procesos biológicos con procesos físicos. El coordinador del proyecto, Tim Vogel, afirma: «Estamos orgullosos de haber desarrollado cuatro tecnologías innovadoras de biorremediación y una herramienta de apoyo a la toma de decisiones(se abrirá en una nueva ventana). Esas tecnologías se aplican a la contaminación que se encuentra en el suelo y las aguas subterráneas, donde a menudo los procesos biológicos existentes son demasiado lentos o se ven obstaculizados por una mezcla de contaminantes». Los procesos de remediación incluyen la electro-nano-biorremediación (ENB), la remediación bioeléctrica (RBE), la degradación metabólica aeróbica del TCE (MBR) y la fitorremediación mejorada (FRM). En total, se probaron doce emplazamientos en Europa y China. Según Chies: «Las pruebas examinaron la capacidad de estas tecnologías para funcionar en suelos y acuíferos de aguas subterráneas con diferentes características, incluidas las que afectan a la permeabilidad, el pH, la concentración y el tipo de contaminante».

Comercialización de los resultados de los proyectos

Un objetivo clave de EiCLaR era la adopción comercial de sus tecnologías de descontaminación en los tres años siguientes a la finalización del proyecto. Para ello, el consorcio elaboró su herramienta de apoyo a la toma de decisiones, una hoja de ruta para la preparación del mercado. La herramienta de apoyo a la toma de decisiones y dos de las cuatro tecnologías (ENB y RBE) ya se están comercializando. La ENB, que funciona con compuestos halogenados, introduce electrodos y nanopartículas de hierro en la zona contaminada. Un campo eléctrico regenera las nanopartículas y luego los microorganismos descomponen los contaminantes restantes. La RBE, que se centra en los hidrocarburos del petróleo, utiliza el sistema bioelectroquímico (BES), un dispositivo que convierte la energía química en energía eléctrica. Las bacterias oxidan el contaminante y los electrones liberados se envían a través del circuito BES. La RBE tiene el potencial de recuperar energía del sustrato y, a su vez, eliminar contaminantes del medio ambiente. Todavía se están probando sobre el terreno la MBR y la FRM, que tratan los disolventes clorados y los metales pesados u orgánicos, respectivamente. Las tecnologías de EiCLaR se estudiaron en instalaciones a escala que podían analizar hasta diez metros cúbicos de suelo. En general, el proyecto se benefició de esas sólidas pruebas sobre el terreno. El proyecto EiCLaR concluye a finales de 2024, y es muy posible que todas sus tecnologías estén listas para comercializarse en los próximos tres años, lo que augura un mundo más limpio y sano.

Palabras clave

EiCLaR, biorremediación, suelo, agua, contaminante, biorremediación «in situ», electro-nano-biorremediación, remediación bioelectroquímica, degradación metabólica aeróbica del TCE, fitorremediación mejorada

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