Prolongar la vida útil de los componentes electrónicos de los vehículos eléctricos
Los componentes y sistemas electrónicos (ECS, por sus siglas en inglés) de los coches convencionales actuales funcionan unas ocho mil horas. Sin embargo, se necesita una vida útil mucho más larga para los vehículos eléctricos que actualmente requieren varias horas de carga. El equipo del proyecto ARCHIMEDES(se abrirá en una nueva ventana) trabaja en la prolongación de la vida útil de los ECS y el fomento de la confianza en las nuevas tecnologías para contribuir a acelerar la transición energética en el transporte y otras industrias. Para darse cuenta de lo necesarios que son unos ECS de mayor duración, basta con observar los hechos. Suponiendo un ciclo de carga de cuatro horas al día, la electrónica de los vehículos eléctricos tendría que durar treinta y dos mil horas. Ahora bien, si estos vehículos también pasan a formar parte de la infraestructura, por ejemplo, para ayudar a estabilizar la red eléctrica, el funcionamiento de los ECS podría aumentar hasta quince o incluso más horas al día, lo que se traduciría en una vida útil prevista de hasta ciento veinte mil horas. «El reto es el tiempo de prueba y cualificación», explica Katrin Al Jezany, de la empresa austriaca de tecnología de movilidad AVL List, que coordina el proyecto. «Actualmente se tarda entre dos y tres años en probar ocho mil horas de vida útil. Ampliarlo a ciento veinte mil horas significaría realizar pruebas durante cuarenta y cinco años, lo que no es factible».
No solo los consumidores
En ARCHIMEDES se trabaja en el avance de las tecnologías que potencien la eficiencia de los recursos y prolonguen la vida útil de los sistemas esenciales. Su objetivo es integrar los vehículos eléctricos en múltiples ecosistemas, entre los que se encuentran la movilidad, las infraestructuras y la energía. Dado que los vehículos eléctricos no solo consumen energía, sino que también pueden almacenarla y devolverla a la red, tienen la capacidad de actuar como consumidores y fuentes de energía, lo que contribuye a la estabilidad de la red eléctrica. Esta doble función influye en el diseño y el funcionamiento de estos sistemas interconectados. Desde su presentación en mayo de 2023, se ha avanzado mucho en el proyecto, sobre todo en lo que respecta a su posible impacto en las futuras normas del sector. El equipo se centra actualmente en conocer mejor los mecanismos de fallo y la fiabilidad de los semiconductores de banda ancha y los elementos de la cadena de suministro. Ha realizado diferentes pruebas y simulaciones, centrándose en generar datos de calidad para las simulaciones y los gemelos digitales que se están desarrollando. «Esto es clave para ampliar la vida útil prevista de los módulos y sistemas mediante la modelización en lugar de depender únicamente de las pruebas físicas», señala Al Jezany. «Es crucial que los supuestos de los modelos sean precisos, que los datos de entrada sean de alta calidad y que la integración de los diferentes métodos de modelización incluya pasos de validación para garantizar resultados fiables». En última instancia, en ARCHIMEDES (Trusted lifetime in operation for a circular economy) se abordarán los elevados costes energéticos mediante la integración y el uso inteligente de las energías renovables, la mejora de la eficiencia de los sistemas de energía instalados y de la eficiencia de la carga. Con estos esfuerzos, se contribuirá a construir un futuro más ecológico, más seguro y más independiente en materia de energía para todos. Si quiere que su proyecto aparezca en la sección «Proyecto del mes» en un próximo número, envíenos un correo electrónico a editorial@cordis.europa.eu explicándonos por qué deberíamos elegirlo.
Palabras clave
ARCHIMEDES, economía circular, vehículo eléctrico, recarga, electrónica, componentes y sistemas electrónicos